María Acaso
Gil Gijón Bastante
Violeta Montiel
El proyecto MEJOR ME CALLO pretende explorar desde las aulas lo que significa abordar una Educación Artística del Presente. A través del análisis de los stickers, imágenes o ilustraciones digitales que se utilizan como un adhesivo virtual en las aplicaciones de mensajería instantánea, redes sociales y otras plataformas digitales habituales en los móviles de los estudiantes, aprenderemos a identificar dichas imágenes dentro de lo que denominaremos como actúa Visualidad Tóxica.
Durante la formación, utilizaremos la Soberanía Visual como herramienta para la emancipación intelectual al volver consciente el uso de los stickers por parte de los estudiantes, catalogarlos y medir su impacto. Las docentes participantes recibirán una formación virtual con las creadoras y tendrán tiempo para generar un archivo de stickers que les permita analizar y volver consciente su impacto visual, así como generar un proyecto final para darle la vuelta al sistema y generar contrastickers.
Un sticker es una imagen o ilustración digital que se utiliza como un adhesivo virtual en las aplicaciones de mensajería instantánea, redes sociales y otras plataformas digitales. Cuando recibimos en nuestro móvil un sticker que no nos gusta, muchas veces pasamos el envío por alto, pensamos “mejor me callo” , de manera que esa imagen continúa distribuyéndose y, por lo tanto, su contenido continúa activado.
A través de un proyecto piloto realizado en el IES Ramiro de Maeztu de la CAM durante el curso académico 2023/24 llevado a cabo por las creadores involucrados en este curso, pudimos comprobar que:
- El 90% de los alumnos encuestados colecciona stickers en sus conversaciones de WhatsApp o Telegram.
- El 85% crea los suyos propios.
- El 44,3% los crea con imágenes de otras personas.
- La mayoría reconoce tener stickers con contenido racista, machista, homófobo, de ideología radical o violentos.
- Y un 70% reconoce que los guarda porque les “hace gracia”. También lamentan haber tenido alguna experiencia negativa con el uso de estas pegatinas.
Ante la realidad que muestran estas estadísticas, este proyecto pretende ser una experiencia desde donde reflexionar sobre una de las crisis menos visibles de nuestra cotidianidad: la crisis de una visualidad tóxica que, al desarrollarse en el plano de lo privado y con imágenes de pequeño tamaño, resulta inadvertida.