El día de nuestra visita al CRA de Cabanillas llueve intensamente. Parece una señal para el visitante porque el proyecto desarrollado en el CRA este año toma como eje tres de los cuatro elementos de la naturaleza: agua en Cabanillas con Malú Cayetano, tierra en Navalafuente con Ana Ausín y aire en Valdemanco con Lucía Loren.
Como ya ocurrió el pasado curso, la preocupación fundamental del CRA de Cabanillas dentro de PLANEA es cómo integrar el entorno natural en el proyecto artístico y curricular y esta adopción de los “elementos” favorece esa integración. Sin embargo, a diferencia del año pasado, que los proyectos rotaron entre las tres sedes trimestralmente, este curso se ha optado por un proyecto anual. Es decir, Malú, Ana y Lucía desarrollarán su actividad en sus respectivos centros de manera prolongada, lo cual es muy bien valorado por los docentes (según nos expresaron en las dos sedes visitadas) y por los estudiantes, que, como pudimos contemplar en nuestra visita, mantienen una intensa relación afectiva con las artistas y viceversa.
Cabanillas, Navalafuente y Valdemanco (por orden de cercanía a la autopista A-1 Madrid-Burgos) se encuentran en la Sierra de La Cabrera, una estribación de la Sierra de Guadarrama. Es un terreno elevado y rocoso (especialmente en la zona de Valdemanco), con unos setecientos habitantes, mil doscientos y novecientos habitantes respectivamente.
El CRA de Cabanillas reparte sus sedes entre estos tres pueblos. Viniendo desde Madrid por la A-1, nuestra primera visita es a la sede de Cabanillas, donde nos espera la coordinadora de PLANEA en esta localidad, Lucía. La sede de Cabanillas es un edificio justo al lado de la carretera de entrada al pueblo, de una única planta, con un pasillo central que da acceso a las dependencias administrativas y a las aulas. Tras el edificio hay un patio y un espacio verde, donde se desarrollan algunas actividades de PLANEA. Más allá, se extiende un enorme prado, intensamente verde el día de la visita.
En la sede de Cabanillas, toda la etapa de Infantil está agrupada en un aula, como ocurre también en el primer ciclo de Primaria, mientras que el resto de niveles tiene aula propia, siempre con una ratio baja y una alta capacidad de atención personalizada al alumnado por parte del profesorado. Además, Lucía nos habla de mucha implicación de las familias y de un funcionamiento muy armónico del centro.
En Cabanillas, nuestra anfitriona, Lucía, nos narra la evolución de los CRA de la zona y nos pone al día acerca de la situación actual del CRA de Cabanillas. Además, relata las actuaciones que el centro está realizando junto a Malú Cayetano. Se ha analizado cómo llega el agua al pueblo, se han realizado actividades de mapeo y cartografiado de puntos de agua en la localidad, recogida de testimonios de personas de la localidad y búsqueda de información en el Ayuntamiento en relación con la gestión del agua. Con toda esta información pretenden generar, además de conocimiento, una toma de conciencia por parte del alumnado en relación con el agua, su importancia, su escasez, las dificultades para que esté accesible para consumo humano y la necesidad de una buena gestión.
Durante nuestra visita tuvimos ocasión de hablar con dos grupos de estudiantes (Infantil y Primaria) y estaban realmente familiarizados con la agente colaboradora y con sus intervenciones, pudiendo los estudiantes narrar con detalle las visitas, los trabajos con arcilla o la actividad de mapeo que habían realizado – e incluso un estudiante, al presentarse el evaluador y decir que venía dentro de las actividades de PLANEA, le recriminó de manera muy simpática que viniera solo y que no viniera Malú Cayetano, que es a quien ellos quieren ver.
En todo caso, el enfoque adoptado por Malú Cayetano para el estudio del elemento correspondiente, el agua, ha facilitado el encaje curricular, según se desprende tanto de las palabras de Lucía como de una segunda docente entrevistada, Beatriz. Para estas docentes parece bastante fácil poder hilar las actuaciones de Malú con sus propias prácticas de enseñanza, lo cual redunda en una mayor credibilidad del proyecto, que no parece una actividad complementaria o aislada.
Tras nuestra visita a la sede de Cabanillas, nos desplazamos a la sede de Navalafuente. Esta sede se encuentra en un edificio de dos plantas, de pasillos anchos y aulas espaciosas – algunas de ellas incluso sin ocupar por falta de alumnado – con las paredes interiores de cristal, lo cual aporta luz al pasillo y nos permiten observar qué está ocurriendo dentro del aula. Además, la sede está rodeada de un amplio espacio verde dentro del propio recinto escolar, y justo al lado de un polideportivo municipal de construcción también reciente.
En la sede de Navalafuente nos recibe Raquel, maestra de Educación Infantil y coordinadora de PLANEA en la localidad. Raquel es, además de maestra, artista plástica y su aula es un reflejo de su interés por las artes plásticas y de su capacidad artística. Raquel, tras un primer saludo y una breve conversación, nos presenta a Ana Ausín, que está organizando un aula para que la visite el alumnado de Infantil y de Primaria. En el aula ha “instalado” unas balas de paja para el juego libre y simbólico del alumnado de Infantil (se ofrecen telas que sirven como disfraces y objetos cotidianos con los cuales niñas y niños se disponen a jugar) y para organizar una asamblea del alumnado de Primaria previa a un trabajo de costura.
La paja en el aula genera una fuerte sensación de extrañamiento, transformando no sólo el espacio al aparecer este objeto ajeno al contexto educativo sino también el olor y el color del aula. Esto se traduce en una energía especial en el caso del alumnado de Educación Infantil, que escala o se arrastra rápidamente aprovechando la estructura que ha creado Ana, y en una relajación muy especial en el caso del alumnado de Primaria, que se sienta de manera muy natural en las balas para hablar y coser con Ana.
Además de esta “instalación”, la actividad de Ana se ha centrado en el uso de la tierra como pigmento para la pintura y para la creación de máscaras y otras actividades de manipulación. También han trabajado con telas y con costura de manera complementaria. Se ha reunido con los estudiantes cada miércoles, en tres sesiones con grupos distintos. Tras acompañar a Ana en su interacción con el alumnado de Infantil y Primaria, nos reunimos con el profesorado de la sede: Raquel, Lorena, Rebeca, Jero, David, Victoria, Laura y Ana; de todo el profesorado, sólo tres tienen plaza fija en el centro.
En esta reunión con el profesorado se destaca la importancia de la visión y el proyecto del artista como manera de incorporar una perspectiva diferente a la del profesorado. En este sentido, en la zona parece muy relevante la actividad, provocadora y disruptiva, de la artista, que incorpora una mirada enriquecedora al entorno y al currículo. Por esta razón, agradecen que se haya extendido la presencia de la artista de un trimestre (“se quedaba corto”) hasta un curso escolar completo, lo cual permite un trabajo más sosegado y global.
Además, los docentes admiten haber integrado el centro de interés (tierra) en sus programaciones, generándose así una actividad transversal entre la artista y los docentes, el arte y las materias del currículo. También es interesante que el centro trabaja por proyectos en Infantil y el primer tramo de Primaria; en cursos superiores utilizan libros de texto, aunque con un uso puntual de proyectos.
Complementariamente, los docentes transmiten el entusiasmo y la motivación del alumnado, así como la satisfacción de las familias. Entre otras cuestiones, destacan que estas actividades favorecen las relaciones interpersonales y el trabajo en equipo del alumnado, especialmente importante en los niveles superiores a medida que se acercan a la adolescencia.
Un aspecto muy relevante para la Red que surgió durante el grupo de discusión con el profesorado fue la documentación de la experiencia. Según nos informan, Ana Ausín documenta las experiencias realizadas de manera exhaustiva mediante fotografías y Raquel, como coordinadora de PLANEA en la localidad, se encarga de organizarlas por sesiones, de forma que a final de curso se puede revisar esa información y sacar conclusiones. En un proceso de innovación educativa y transformación como PLANEA, es importante que los centros dispongan de estrategias, técnicas y prácticas de documentación que permitan reflexionar sobre la experiencia y generar una narración que sea válida para el centro.
Otra actividad interesante fue la experiencia formativa del profesorado, que tuvo ocasión de experimentar con Ana Ausín la propia práctica artística que ella pretendía después trabajar con los estudiantes, haciendo así partícipes a los docentes de las mismas sensaciones y aprendizajes que su alumnado tendrá. En este sentido, generar experiencias formativas en las cuales los docentes participen de la actividad artística (antes de o durante el trabajo del artista con los estudiantes) puede ser un ejercicio de coherencia y experimentación para el profesorado que redunde en beneficio de su implicación.
Para los próximos meses en Navalafuente se espera mucho trabajo en torno a la tierra, como en las demás sedes sobre sus respectivos “elementos”: trabajo con arcilla relacionado con la trashumancia y la ganadería, recolección de semillas, creación de cabañas y refugios, estudio de nidos y madrigueras, preparación de un horno de adobe y muchas otras actividades que coincidirán con la llegada de la primavera y la posibilidad de hacer actividades en el exterior.
Como recuerdo, el visitante se lleva las risas del alumnado de Infantil, el olor a paja en el aula y el sonido de la lluvia en el exterior. El CRA de Cabanillas no te deja indiferente y ya estamos deseando volver en primavera para ver si los tres elementos, tierra, agua y aire, han dado buenos frutos en las tres sedes del CRA.