El nacimiento de esta web de PLANEA, red de arte y escuela, está teniendo lugar en medio de una crisis global de tamaño incalculable. La situación sanitaria provocada por la pandemia de la COVID-19 está llegando a límites inenarrados hace apenas unas semanas. Centros sanitarios desbordados, familias rotas por la pérdida de seres queridos y profesionales de la sanidad, del cuidado y de las actividades esenciales expuestas a un peligro invisible y, a día de hoy, incontrolable.
En esta situación, los centros escolares, como otras tantas actividades productivas y reproductivas, están cerrados. Están intentando adaptar su práctica cotidiana a lo que toca: la distancia social, el confinamiento en nuestros hogares y la puesta en valor de “lo que puede la educación”. Decía Paulo Freire (1), con una gran dosis de espíritu constructivo, que:
“la fortaleza de la educación está en su debilidad; como no lo puede todo, puede algo.”
Es decir, las transformaciones, la capacidad de hacer de la vida otra cosa y la necesidad de que así sea, no es responsabilidad única de la escuela pero para que estas ocurran la educación ha de ser tenida en cuenta. Reconocernos en la vulnerabilidad como potencia es lo que queremos atender como uno de los motores de esta red de centros escolares que hoy hacemos pública. Lo que fuera a ser este texto hace semanas ya no importa. Las intersecciones entre el arte y la escuela no pueden estar entrelazadas con otra cosa que no sea la propia vida, incluso y sobre todo, cuando ésta se descubre frágil, fragmentada y amenazada. Asumir que no hay otra metodología posible que no sea la vida puesta al servicio de un mundo que se transforma y nos transforma, a veces sin margen para otra cosa que no sea la supervivencia en sí misma. Tomar aire por la nariz, levantar un brazo, beber un vaso de agua, sentarnos a jugar en el suelo, mirar por la ventana. A veces la vida encierra un enorme desafío.
En esta coyuntura, pretender continuar con programaciones didácticas, de espaldas a la realidad, significaría no comprender la magnitud de los acontecimientos y no vislumbrar una faceta de esta pandemia que nos interpela directamente. ¿Es la escuela pública capaz de garantizar la igualdad de oportunidades? ¿El sistema educativo es capaz de atender a las necesidades de la infancia y la juventud fuera de las aulas? ¿Qué comunidades puede sostener la escuela fuera de sus muros? ¿Qué estéticas reproduce dicho sistema y qué debates aporta? ¿Cómo puede el arte y sus prácticas acompañar y transformar métodos, relaciones y procesos en el ámbito escolar?
PLANEA nace como un espacio de experimentación y escucha, con la firme intención de ser condición de posibilidad para que las prácticas artísticas puedan ser un marco generalizable dentro de las prácticas docentes. Además del desarrollo de planes artístico-educativo y de experimentar diferentes grados de mediación con los centros educativos, hay una serie de elementos, no desarrollados aún en esta web, en los que ya estamos trabajando: la evaluación por un agente independiente del propio programa, la recopilación de aprendizajes y el despliegue de un programa de formación del profesorado que nos permita hacer anclajes perdurables y demostrables en el tiempo.
Sería oportunista, ahora que el sistema educativo se ha puesto en evidencia, tratar de imponer nuestro relato. Nuestra intención es la de re-pensar y reflexionar, como decía Freire, sobre “los algos” que podremos. En común y no solamente ahora que la excepcionalidad requiere de medidas fuera de la norma, sino también, cuando la propia norma deja fuera a otros procesos, agentes y prácticas no hegemónicas. Legitimar la escuela como un espacio para el arte y al arte como una herramienta que nos ayude a ser libres y hacer del aprendizaje, como dice la escritora negra bell hooks, una política que nos permita ser libres,
“ser libres, para ser quienes somos, para vivir vidas en las que abracemos la justicia, en las que podamos vivir en paz”.
Es evidente que esta es una situación que nos ha cambiado. Lo que PLANEA pensaba hace unos meses ahora se ha visto desplazado y creemos que, como red, debemos digerir lo sucedido de forma pausada. Así nos queremos tomar estos momentos, como un tiempo en el que podamos pensar y hacer para que las prácticas artísticas no sean solo un elemento complementario y de distracción, sino una reivindicación para entender el mundo, de forma gozosa, accesible y emancipadora.
Lo que esperamos que esta red pueda es ayudar a construir acercamientos diferentes, útiles y coherentes con el tiempo que nos ha tocado vivir. Reconstruir este mundo post-pandemia donde la sociedad ya no es la misma y por tanto la escuela y el arte tampoco podemos pretender que lo sea.
Gracias. Bienvenidas.