Llegamos a Paterna (Valencia) en el tranvía. A pocos metros de la parada está el CEIP La Coma. Entramos por sus puertas bien temprano, cuando apenas están abriendo el colegio y comienzan a llegar las maestras y los maestros para arrancar, una vez más, la febril actividad diaria de un centro educativo. Mientras esperamos, leemos esta carta, que nos enseña cómo es el corazón de La Coma a través de las palabras de una niña de Primaria:
“Queridos Reyes Magos:
Para mi madre pido un trabajo.
Para mi padre pido un trabajo.
Para mi hermana, que sea más cariñosa,
y que se quite el COVID
y que mi profesora sea más feliz
y me gustaría ayudar a los pobres…”
Una carta a los Reyes Magos no es sólo una expresión de deseos sino también una descripción de la realidad. Cada petición refleja una ausencia o una necesidad que se pretende satisfacer invocando a estos mágicos personajes, quizás como último recurso ante una realidad que insiste en no ofrecer los mismos recursos y posibilidades a todas las niñas y niños.
Según la administración educativa, el CEIP La Coma es un centro de “acción educativa singular” situado en el barrio homónimo de La Coma, en Paterna (Valencia). Sin embargo, en este barrio, surgido de las iniciativas de erradicación del chabolismo de los años 80 y con importantes problemas socioeconómicos y culturales (Méndez López y Pérez Cosín, 2017; Monferrer Ferrando, 2019), el CEIP La Coma es un mecanismo fundamental de cuidado, esperanza y bienestar para su alumnado y sus familias.
El CEIP La Coma cuenta con un claustro de unos 40 docentes y dos edificios, uno para Educación Infantil y otro para Educación Primaria. Además, el centro cuenta con comedor y con patios de juego y espacios verdes a la espalda del edificio de Primaria.
El edificio donde se ubica la Primaria del CEIP La Coma presenta una estructura de tres plantas, con un diseño frecuente en muchos otros centros educativos construidos en los años ochenta: tres plantas rectangulares con escaleras a ambos lados y un espacio central que comunica el hall con la parte superior del edificio. En la planta baja se encuentran algunos servicios del centro (comedor y acceso a pistas deportivas) además del despacho de dirección, secretaría y sala del profesorado; en la primera y segunda planta están las aulas y en las paredes se observan dibujos, carteles y productos elaborados por el alumnado de La Coma, muchos de ellos con un claro enfoque artístico y vinculados con la Red PLANEA.
Nuestra primera entrevista es con la directora del centro, Consuelo Cano. Consuelo lleva más de veinte años en el centro, muchos de ellos como directora. Conoce el barrio y su problemática, sabe cómo debe funcionar su centro para prestar un buen servicio a su alumnado y demuestra un claro compromiso por la educación como motor de desarrollo y emancipación.
El despacho resulta acogedor tanto por la disposición del mobiliario como por los detalles que visten sus paredes. Fotografías de los docentes en su niñez y decenas de cartas y mensajes escritos por niños y niñas del centro transmiten afán de cuidado y de búsqueda del bienestar de la comunidad educativa. Precisamente son las cartas del alumnado las que revelan la difícil situación con la cual conviven las familias del centro, especialmente tras la crisis generada por la pandemia de COVID-19, y la atención que presta el centro a la vida de su alumnado desde una perspectiva global.
A petición nuestra, Consuelo nos narra el comienzo de PLANEA en el centro. Según nos cuenta Consuelo, el primero año de La Coma en PLANEA (curso 20-21) se desarrollaron tres actuaciones: “El ovillo que nos envuelve”, taller para madres y para alumnado con Patricia Chamorro; una formación para el profesorado con el artista Martín López Lam y su Escuela del Garabato; y el trabajo con Calaix de Arquilecturas en Educación Infantil. A pesar de la pandemia y las dificultades que ésta ha generado, estos proyectos fueron muy bien valorados por toda la comunidad educativa.
Este curso 21-22 han decidido continuar con Martín López y la Escuela del Garabato, entre otras actuaciones. Han proseguido con la formación del profesorado y desean expandir el proyecto de Garabatos para mejorar estéticamente el centro, especialmente el hall de entrada. Además, en este proyecto va a participar profesorado y alumnado del instituto de referencia del CEIP La Coma.
Otra actividad realizada dentro de PLANEA es en relación con las madres del centro. El CEIP ya tenía antes de PLANEA muchas actividades con participación de las familias, e incluso un “taller de madres” que se reunía todos los jueves con maestras del centro. Este curso 21-22, recuperada la presencia de las familias tras la pandemia, se ha invitado a las familias de primero y segundo de Primaria para celebrar una actividad de telares con Patricia Chamorro cuyos resultados siguen visibles en las verjas del colegio.
Tras nuestra entrevista con la directora, hacemos una visita al centro. En primer lugar, salimos a las pistas deportivas y los espacios al aire libre, que son espaciosos y dan juego para diversas intervenciones artísticas o de carácter ecológico (huerto escolar, cuidado y observación de aves, estación meteorológica, etc.). Posteriormente, subimos a las aulas, cuyas puertas están todas decoradas con motivos artísticos y científicos, destacando especialmente la presencia de la mujer en las Artes y las Ciencias.
Tras la visita por el centro, tuvimos la oportunidad de charlar con dos maestras de Primaria. Ambas nos muestran los materiales que el alumnado ha creado en Escuela del Garabato, que son utilizados para jugar y para crear cómics, entre otros recursos. Nos hacen notar que las actuaciones de PLANEA permiten que el alumnado desarrolle sus habilidades creativas y artísticas (“el arte llega a todos”, nos dice una de ellas) y nos cuentan que están buscando la manera de tutorizar a alumnado con aptitudes artísticas especialmente destacadas.
Además, nos cuentan que la propuesta de Patricia Chamorro en relación con el bordado ha gustado mucho al alumnado, los docentes y las madres participantes; las docentes manifiestan que ésta ha sido una actividad que ha servido para tejer relaciones positivas entre las y los participantes, además de una actividad creativa que implica procesos cognitivos de alto nivel. Así, muestran su satisfacción cuando niñas y niños aprendieron a bordar, pues trabajan la psicomotricidad fina y la atención, cuestiones fundamentales para su desarrollo emocional y cognitivo. También nos comunican que quieren llevar el trabajo de Calaix a Primaria añadiendo telas y otros elementos a la propuesta de juego.
Cerramos ya este texto sobre el CEIP La Coma. Puesto que nuestra visita ha tenido lugar en marzo de 2022, no pudimos ver a los Reyes Magos en el barrio; sin embargo, sí tuvimos ocasión de conocer a un claustro de maestras y maestros dispuesto a ofrecer a su alumnado la mejor educación posible y, también, a contribuir para que La Coma sea un lugar donde los Reyes Magos no tengan que traer trabajo para las madres y padres y sólo vengan a traer regalos y risas a los niños y niñas cada 6 de enero.
Referencias:
- Méndez López, Á. J., y Pérez Cosín, J. V. (2017). Proyecto de autodesarrollo Comunitario en el barrio de La Coma del municipio de Paterna (Valencia-España). Análisis y caracterización. Revista Interacción y Perspectiva, 2017, vol. 7, num. 2, p. 163-178.
- Monferrer Ferrando, D. (2019). Formació de Persones Adultes: el territori com espai de vida educativa, comú i activa. El barri de La Coma-Paterna. Quaderns d’educació contínua, (40), 106-110.
