Las manifestaciones de la naturaleza están sujetas a las demandas del espacio, el tiempo y las fuerzas de la materia. Esta mediación busca una armonía que debemos redescubrir reduciendo la abundante variedad de formas a unos pocos arquetipos fundamentales: una columna vertebral materializada por una nervadura, y el cono multiplicado a diferentes escalas.
La nervadura se convierte en el marco para el desarrollo del proyecto, proporcionando una dirección específica para que los niños puedan interpretar y crear: un personaje, una cara, una planta, una arquitectura, o una forma híbrida, cada una con varias propuestas de formalización. Hay 8 disposiciones para colocar las nervaduras sobre la base, a partir de las cuales se podrán desarrollar figuras de distintas complejidades. Los conos se podrán fijar al soporte de nervaduras perforadas mediante cuerda u otro material, y se podrán grapar entre ellos para crear nuevas configuraciones.
Este enfoque promueve la comprensión espacial y la creatividad, ya que permite a los alumnos pasar de un ejercicio de modelado básico a estructuras más sofisticadas.