CEIP San José Obrero

El año 1997 es clave para entender la identidad actual del colegio. Desde la Delegación de Educación se dispuso matricular en el CEIP San José Obrero a alumnos y alumnas gitanos, procedentes de El Vacie, uno de los asentamientos chabolistas más antiguos de Europa. Así, sin una preparación previa del profesorado, sin una asignación de recursos suficientes, sin una planificación y organización escolar específica para atender a este alumnado, el centro acogió a 56 niños y niñas de entre 5 y 12 años que nunca antes habían estado escolarizados. En pocos días el clima escolar se deterioró: docentes enfrentados, padres y madres preocupados. En cinco años, la matriculación se redujo en un 30%. Con un trabajo pausado, y no exento de dificultades, el centro consigue “desguetizarse” como el colegio de los niños y niñas gitanas. 

La experiencia de cambio vivida en estos años confirma que la educación inclusiva basada en el trabajo colaborativo es vital para desarrollar una educación de calidad en centros de difícil desempeño, siempre desde una visión integral de los aprendizajes y aumentando no solo el rendimiento y la motivación, sino también la autoestima, la convivencia y el clima escolar. El CEIP San José Obrero se ha convertido en una referencia (ha recogido premios y reconocimientos de diversa índole) y es un espacio abierto donde, gracias a Talleres Antropoloops y otras iniciativas en torno a la música, la memoria y el flamenco, lleva años experimentando con las prácticas artísticas y la remezcla. Su entrada en PLANEA es un paso nuevo para generalizar dentro del centro estas prácticas y metodologías.