El diseño de Escuela del Garabato parte de la expresión básica del dibujo como herramienta para comprender el mundo que nos rodea. Con ello se nutre de las experiencias de la dibujante estadounidense Lynda Barry y sus talleres de cómic para personas (adultos y niños) que dicen no saber dibujar. El recurso pantea el dibujo libre, garabatear y ver qué surge de allí, entendiendo que no existe un mal dibujo y un buen dibujo, el bien o el mal ejecutado. Cada esbozo que se realiza constituye una manera de pensar o sentir nuestro entorno, conceptualizando una idea o una sensación, mientras que nos posicionamos frente al contexto.
Los ejercicios que se plantean en la Escuela del Garabato empiezan con trabajos individuales, de autoconocimiento, para ir poco a poco desarrollando propuestas donde los estudiantes tienen que cooperar en la elaboración de distintos trabajos, como por ejemplo dibujos colectivos de grandes dimensiones donde sea necesario el consenso.
La guía está dividida en cuatro bloques que proponen diferentes técnicas de dibujo y composición, desde lo individual al trabajo colectivo y acercando al alumnado a la idea de monstruo, tótem, el reciclaje, el collage o el teatro.